El arte de reinventarse

En estos dificiles momentos en los que nos encontramos creo que lo más tedioso es escuchar cada día lo dificil que está todo. Después de mucho tiempo estudiando, trabajando gratis y construyendo sueños hace tres meses decidí empezar de cero y…¡Reinventarme!

Así dicho con signos de exclamación incluídos parece emocionante y divertido pero, ¡ojo! no es fácil.

Pero, ¿Qué es esto de reinventarse?

Pues depende de quién te lo cuente.

Charles Darwin, dijo: “No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor responde al cambio”. Y por ahí van los tiros.

Muchos blogueros hablan de este tema, como JaviGRubio, entre otros.

Y los medios también dan muchos consejos de cómo hacerlo.

Incluso algunos psicólogos como Luis Rojas Marcos.

Pero yo voy a intentar contaros mi experiencia

Érase una vez…

Érase una vez una niña que los domingo por la mañana se ponía los tacones de su madre y jugaba a ser una princesa. Construía su castillo, peinaba su cabello, imaginaba a su príncipe y daba vueltas sola por la casa hablando e inventando historias. Poco a poco la niña fue creciendo y, con ella, su espíritu soñador, ¿y por qué no decirlo?, su alma teatrera.

La niñez y la infancia transcurrieron de una manera un tanto especial, pero eso forma parte de otro cuento…

Llegaron los 10, los 15 y los 18 años casi sin darse cuenta. Durante todo ese tiempo la niña estudió teatro y construyó la idea de que algún día sería una gran actriz. Sin embargo, cuando con 18 años tuvo que decidir si estudiar interpretación o no, sus sueños habían pasado a un segundo plano y se convirtieron en un hobby, y al mismo tiempo y con el tiempo, en una espinita clavada.

(Me saltaré todos los años de universidad, estudios, másters, trabajos, examenes y de más momentos tediosos entre libros, apuntes, bibliotecas y alguna que otra fiesta universitaria, porque eso también forma parte de otro cuento…)

Lo importante llega ahora. La niña, ya no tan niña, consiguió trabajar en el apasionante mundo de la televisión. Profesión de la que se había ido enamorando poco a poco. Sin embargo, como nada es perfecto, no tardó en darse cuenta de la inestabilidad del medio y, como muchos millones, de quedarse en paro.

¿Y ahora qué podía hacer?, ¿sentarse a esperar? Podría haberlo hecho pero después de un tiempo de reflexión decidió reinventarse.

Hoy esa niña, no tan niña, ha empezado a trabajar ante el vértigo de enfrentarse a un mundo nuevo y con la sensación de que nada de lo aprendido hasta ahora tiene aplicación. Pero no es cierto, todo suma.

¿Dónde quedaron sus sueños? En lo vivido. En cada escenario, cada ensayo compartido, cada persona que pasó por su vida. Eso está ahí y siempre estará. Ahora es momento de construir nuevos sueños. Enamorarse de lo que uno hace es cuestión de actitud.

Colorin colorado, este cuento sólo ha empezado…

castillo